viernes, 21 de junio de 2013

San Luis Gonzaga: Unos Gozos de su Congregación en Valencia, mediados del XIX, y breve historia de dicha asociación





  


Sn. LUIS GONZAGA.
patrón de la juventud
 Grabadito, dibujo de Aznar. Valencia.





   Hubo una primera Congregación establecida en 1852 en la Iglesia de la Compañía de Valencia, con el nombre de Purísima Virgen del Buen Consejo y de San Luis Gonzaga, en la que se inscribían "toda clase de personas".
   En 1861- 62 se estableció otra asociación, en la Iglesia de San Juan del Hospital, formada por un grupo de jóvenes, y que tenía como titulares a la Purísima Concepción y al Patrón de la Juventud, San Luis Gonzaga. Esta asociación se trasladó a la iglesia de la Compañía en 1863.
   Ese mismo año de 1863 las dos nuevas asociaciones decidieron unirse en una sóla Congregación Mariano - Angélica con el título de Congregación de la Purísima Virgen del Buen Consejo y de San Luis Gonzaga. En 1865 quedaron aprobados los Estatutos de la Congregación.


   Una novena a San Luis Gonzaga para uso de la asociación incluía estos Gozos, parecidos a otros del santo (*que pueden verse en Gojos de Valencia - Gogistes Valencians), pero con algunas variaciones en el texto:




GOZOS Á SAN LUIS GONZAGA

CORO

Pues tu ruego poderoso
Cuanto pide siempre alcanza,
Pide á Dios que yo te imite,
Santo jóven Luis Gonzaga.


Dos que tú llamabas culpas
Te fueron ¡ay! tan amargas,
Que mientras duró tu vida
No cesaste de llorarlas;
Y yo mis culpas no lloro
Siendo tan graves y tantas.
Pues tu ruego, etc.


Trataste cual enemigo
Tu cuerpo puro sin mancha,
Y aun tierno niño, tus carnes
Despiadado rasgabas;
Y yo en descanso y placeres
Paso mi vida culpada.
Pues tu ruego, etc.

Al mundo y sus devaneos
Hollaste con firme planta,
Huyendo de sus placeres,
Halagos y pompas vanas;
Y yo tan mentidos bienes
Sin cesar busco con ansia.
Pues tu ruego, etc.

Todos llaman tu pureza
Angelical y no humana,
Pues ni idea menos limpia
Osó jamás empañarla;
Y yo en espíritu y cuerpo
Me miro lleno de manchas.
Pues tu ruego, etc.


Tan unida se mantuvo
Con su dulce esposa tu alma,
Que te era duro tormento
Un solo instante apartarla;
Yo lejos de Dios no escucho
Sus amorosas palabras.
Pues tu ruego, etc.


De amor divino en tu pecho
Se encendió tanto la llama,
Que en tu Dios fija la mente
Solo de Él la lengua hablaba;
Y yo en mi pecho de nieve
A Dios jamás doy entrada.
Pues tu ruego, etc.


    Se publicaron en Valencia, Imprenta de Ayoldi, en 1866.




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