Con el título de "Los grandes aciertos. El Gran Café Suizo" se anunciaba la reforma del establecimiento en el año 1923, durante las fiestas de la coronación de la Virgen de los Desamparados. En la fotografía, al fondo de la imagen se ve colgado en la pared el cartel de la Coronación.
El largo texto que acompañaba este anuncio publicitario, algo grandilocuente pero con cierta inocente ingenuidad muy propia de aquellos años veinte, decía:
"La gran reforma que recientemente se ha hecho en el Café Suizo ha obligado a que se le califique como el café de moda.
Nada tan atractivo como el hermoso salón que se inauguró hace poco para café y restaurant.
Es una sala espléndida, maravillosamente decorada con el acierto de la luz y con el encanto de una orquesta, en la que el profesor Cándido Soler, hace en el moderno jazz-band inauditos atrevimientos con su destreza en el manejo del complicado y vario aparato.
La alegría y la gracia del jazz-band se comunica a los oyentes, dentro de aquel salón tan propicio al rato agradable por sus muchas comodidades, por la luz tan sabiamente combinada y por los motivos tan bellos de toda la parte decorativa.
Puede afirmarse que el Suizo es uno de los cafés más hermosos del mundo.
Está situado en el punto más céntrico de Valencia; da su fachada principal a la Bajada de San Francisco, comunicando el nuevo y espléndido salón con la calle de Moratín.
La circunstancia de hallarse emplazado en lugar de tanto tránsito hace que se vea siempre muy concurrido de público. Unase a esto el servicio esmerado de la casa y se comprenderá el éxito de este café y el acierto de su dueño en la grandiosa reforma que recientemente se ha llevado a efecto.
En el restaurant se sirve a la carta y por cubiertos de 4, 6 y 8 pesetas; hay inmenso surtido de exquisitos helados, y en todo el servicio se ve la mano directora del hombre que, atento siempre a su industria, da al público toda clase de garantías para merecer su confianza.
Los más efusivos elogios se oyen continuamente en el Suizo, dirigidos por el buen público que allí acude, al personal y servicios de la casa.
Las comodidades y lujo con que se pasa el tiempo en aquellos salones, la bondad de los artículos, el esmero de la cocina (ésta a cargo de David Campos), la excelente disposición del maitre Antonio Martín, inteligentísimo en esta materia, son motivos constantes de albanzas y felicitaciones al dueño del establecimiento, que tan alto ha colocado el nombre de Valencia al dar tan gran importancia a su industria."
Parte del gran salón del Suizo destinado a Restaurant.
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